Queridos abonados,
Concluye otro año más. El duodécimo para nosotros… y para algunos de vosotros.
Este mes de diciembre, como los anteriores, es momento de hacer una pausa, volver la vista atrás hacia el camino recorrido en un año, constatar la importancia de continuar el camino y preguntarse cómo orientar la investigación para el año que asoma. Un proceso que les invitamos a realizar en sus propios ámbitos de actividad…
Concluye otro año más. El duodécimo para nosotros… y para algunos de vosotros.
Este mes de diciembre, como los anteriores, es momento de hacer una pausa, volver la vista atrás hacia el camino recorrido en un año, constatar la importancia de continuar el camino y preguntarse cómo orientar la investigación para el año que asoma. Un proceso que les invitamos a realizar en sus propios ámbitos de actividad…
Naturalmente, nuestra evaluación anual es fundamental en este momento de reflexión. Según nuestra puntuación de las “36 tendencias del año 2017”, que identificamos el pasado enero, hemos obtenido un 75 % de éxito, lo que nos reconforta dada la exactitud con la que previmos el “mapa del próximo año”.
A grandes rasgos:
. Sí, el sistema de gobernanza internacional y europea ha entrado en las últimas etapas de su gran crisis de legitimidad y eficacia, registrando impactos de desfinanciación y fracasos tan estrepitosos como el de la OMC, recientemente, incapaz de obtener el más mínimo resultado.
. Sí, el mundo se instala en configuraciones geopolíticas completamente nuevas y en particular, esta encrucijada de la geopolítica mundial de la segunda mitad del siglo XX que es Oriente Próximo, un Oriente Próximo que ya no se parece en absoluto a la masa deforme de países bajo tutela occidental que era hasta hace poco y que se estructura en torno a grandes agentes regionales que buscan crear, “como adultos”, las condiciones para la supervivencia regional.
. Sí, el sistema de toma de decisiones ha vuelto al nivel nacional y a países influyentes gobernados por dirigentes con tendencias autocráticas, que han tratado ponerse de acuerdo para desviarnos del camino por el que nos estaban llevando, en punto muerto y hacia la colisión, los sistemas tecnocráticos… aunque amenazando con intensificar las tensiones al mismo tiempo.
. Sí, el sistema monetario internacional ha emprendido un gran cambio al margen del papel central del dólar y de las políticas no convencionales de creación monetaria. Etc.
Estamos especialmente orgullosos de ciertas auténticas “inspiraciones” como nuestra anticipación de una crisis alemana, cuando el pasado enero, Alemania aún estaba en la cima; o la del acercamiento de MERCOSUR – Alianza Pacífica, detectada en el marco de nuestro estudio del proceso de integración regional; así como nuestra anticipación relativa a Turquía, para la cual predijimos una buena tendencia económica en 2017.
A parte de la puntuación de las 36 tendencias del pasado enero, también nos gustaría poner de relieve nuestro éxito relativo a la anticipación sobre los precios del petróleo, éxito que ha sido constatado y que, de acuerdo con Alexa[1], ha otorgado al GEAB la categoría de fuente pertinente de consulta sobre este tema.
Asimismo, esta revisión nos ha llevado a identificar una gran debilidad con respecto al tema del bitcóin, un tema muy importante que continuaremos tratando con la importancia que merece, pero ya no de manera tan general, para así arrojar luz verdaderamente sobre este gran fenómeno del “mundo de después”. Así pues, hemos decidido que en 2018 sumaremos, a la nuestra, la luz de especialistas en la cadena de bloques y en monedas electrónicas, quienes estudiarán, desarrollarán y fundamentarán por otra parte nuestras anticipaciones sobre el tema.
Echando la vista atrás con perspectiva hacia el año 2017, una cosa parece clara: ya estamos completamente instalados en el “mundo de después”. Y las crisis que el mundo deberá afrontar serán de una naturaleza distinta a las que ha afrontado en los últimos diez años. Mientras que hasta ahora, básicamente hemos descrito y anticipado los impactos de desmoronamiento del sistema anterior, pieza por pieza, a partir de ahora se tratará de anticipar los riesgos ligados a la inmadurez de los nuevos agentes que van a evolucionar en un universo nuevo y en ausencia de un marco común.
En concreto, continuaremos naturalmente observando el desmoronamiento de los últimos pedazos del sistema anterior, pues aún queda parte (como el asunto de Corea del Norte, que aún no se ha resuelto). Pero prestaremos más atención a todos los indicios de reorganización y a los posibles riesgos de desviación. Necesitamos más imaginación que nunca para redirigir sistemáticamente la mira hacia las nuevas características de la sociedad humana ultraconectada y la inteligencia avanzada del siglo XXI, si queremos proyectar futuros realistas en nuestros ámbitos predilectos: economía-finanzas, política y geopolítica.
Espero poder contar con ustedes en el próximo año 2018 para la exploración de este “mundo de después” lleno de peligros, oportunidades y desafíos de entendimiento.
El equipo del GEAB y yo esperamos de todo corazón que pasen unas felices fiestas y les expresamos nuestros mejores deseos para el año 2018.
Marie-Hélène Caillol
Directora de la publicación
Directora de la publicación
The Bitcoin Reserve Act 2018
Nuestro equipo siempre ha desconfiado del bitcóin. No obstante, es evidente que las monedas electrónicas forman parte del futuro. Lo que nos induce a ser prudentes es el carácter estructuralmente especulativo del bitcóin. Este carácter especulativo es, al mismo tiempo, lo que hace a esta “moneda” tan atractiva y un buque insignia de la expansión de las monedas electrónicas, pero también el talón de Aquiles que nos lleva a anticipar que algún día, las estructuras estatales pondrán fin, de manera más o menos radical, a toda esta especie de brujería.
Y no creamos que no tienen poder para ello. China ha cerrado los centros de cambio y ha prohibido la compra de bitcoines a sus ciudadanos en menos de un abrir y cerrar de ojos… a pesar del hecho de que dos tercios del total global de mineros de bitcóin residen en su territorio. Corea del Sur acaba de hacer más o menos lo mismo[2].
En vista de los alarmantes niveles a los que está llegando el valor del bitcóin, sin provocar la más mínima reacción por parte de los Estados occidentales, hemos llegado a la conclusión de que estos Estados han decidido participar del juego… lo que no sería sorprendente, teniendo en cuenta sus índices de deuda, unidos al hecho de que se están viendo obligados a poner fin a las políticas de flexibilización monetaria. ¿Estará el bitcóin entre los mecanismos que van a emplear los Estados para refinanciarse?
Gráfico 1 – Precios del bitcóin en dólares estadounidenses, en los últimos 6 meses. Fuente: ABCBourse
Después de todo, si los grandes agentes estatales se ponen a comprar bitcoines, su valor no cesará de aumentar, al igual que el atractivo de esta “moneda”, a la cual se van a acercar cada vez más “pequeños inversores” dispuestos a vaciar sus ahorros por una promesa de gran enriquecimiento fácil y rápido.
No obstante, actualmente parece que los Gobiernos no van a descansar hasta hacernos inyectar nuestros pequeños ahorros en la gran economía: desmonetización para convertir los ahorros en dinero rastreable y tasable, incitación fiscal y bancaria a reinvertir constantemente nuestro dinero, a deshacernos de nuestros bienes inmuebles, etc. Uno no puede evitar pensar en la Gold Reserve Act de Roosevelt, que en 1934 le permitió meter mano al oro de los ciudadanos estadounidenses para financiar el New Deal[3]. Un espejismo bitconiano podría contribuir a un fin similar, como el espejismo del Eurotúnel[4] permitió en su día financiar el túnel del canal de la Mancha, en detrimento de los pequeños inversores, que se encontraron con… ¿nada?
El resto de agentes que, tras un cierto titubeo, actualmente se están apoderando del bitcóin, son los bancos, como veremos a continuación. ¿Cómo imaginar que este tipo de actores podrían resistirse durante tanto tiempo a las ganancias de capital tan jugosas que genera el bitcóin? El problema es que van a entrar para hacer lo que mejor se les da: especular, manipular los precios, jugar con las variaciones al alza o a la baja… contribuyendo a generar la burbuja y hacer que explote finalmente.
A pesar de que tenemos la buena voluntad de cuestionar nuestras timideces con respecto al bitcóin, no podemos decir otra cosa que “¡cuidado! Este bitcóin tiene todas las características para ser una trampa”. Pero en los próximos meses continuaremos explorando este ecosistema y, concretamente, trataremos de averiguar si la llegada de los grandes agentes a este mercado puede acabar de otra manera que no sea una retirada que lleve al colapso …
Para leer más: GEAB 120
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