El líder socialista y presidente en funciones reclama un Ejecutivo "fuerte y estable" que responda con "eficacia y equidad" a los retos que afronta España.
06/11/2019-El Socialista
Pedro Sánchez, secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, durante la entrevista.
A cuatro días para unas elecciones generales clave para el futuro de España, el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha concedido esta entrevista a ‘El Socialista’, en la que habla de lo que nuestro país se juega este domingo y de su proyecto. Sánchez pone el foco en la necesidad de desbloquear la situación política, de conformar un Ejecutivo estable y progresista, y de abrir una nueva etapa protagonizada por el avance en derechos y libertades, la convivencia y la limpieza.
ELECCIONES Y PACTOS: “Hay muchos elementos para poder gobernar desde la izquierda”
Señor Sánchez, gracias por recibir a ‘El Socialista’ a horas de unas elecciones determinantes. ¿Qué se juega España este domingo?
Uno, seguir en el bloqueo o desbloquear. Y, en segundo lugar, tener un Gobierno fuerte. Yo creo que España tiene ante sí enormes oportunidades y desafíos que podemos convertir en palancas de progreso. Ahí están la transición ecológica o la reconstrucción del Estado del bienestar creando empleo en sectores vinculados a la dependencia, por ejemplo. Y, por otro lado, hay amenazas que tienen que ver con el enfriamiento de la economía internacional, con el desafío de convivencia que estamos viviendo en Cataluña o con la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Tenemos grandes oportunidades y también grandes desafíos, y todo ello necesita de un Gobierno fuerte para poder responder con eficacia y con equidad.
A estas elecciones llegamos después de meses de bloqueo y de que no fuera posible el acuerdo progresista que usted buscó tras el 28 de abril. ¿Por qué no fue posible este acuerdo? ¿Ha cambiado algo, cree que será posible después de estas elecciones?
Creo que sí, porque los españoles tampoco tenían en abril tanta información de qué iban a hacer los actores políticos con su voto. Nosotros dijimos claramente, antes y después de las elecciones, que queríamos gobernar desde la izquierda, porque somos la izquierda, para todos los españoles. Ofrecimos un acuerdo programático de Gobierno y posteriormente un Gobierno de coalición a la izquierda a la izquierda del PSOE, que fue rechazado. Creo que rechazar una vicepresidencia y tres ministerios es algo que debería tener en cuenta el votante progresista para saber cómo se han comportado otras formaciones a la izquierda del PSOE.
En segundo lugar, para abordar los desafíos a los que antes hacía referencia hay que tener una mínima estabilidad. Nosotros queríamos que tanto el PP como Ciudadanos desbloquearan la situación, no dejando descansar la gobernabilidad del país en fuerzas que defienden un proceso secesionista en Cataluña.
Es importante tener capacidad de diálogo, de acuerdo, de escucha, de negociación, y creo que nosotros lo hemos demostrado en estos 15 meses de Gobierno, porque con 84 diputados hemos sacado muchas cosas adelante. Pero todo tiene un límite y tiene que ser dentro de la legalidad, de la Constitución, y del Estatuto de Autonomía en torno a lo cual se puede empezar a dialogar. Fuera de ello no hay absolutamente nada. Esta es la dificultad que nos hemos encontrado con las fuerzas independentistas, y por eso de la necesidad de que estas fuerzas conservadoras facilitaran la única vía posible de formar Gobierno.
Nosotros hemos puesto encima de la mesa una propuesta: que si el 10 de noviembre el Congreso de los Diputados no llega a un acuerdo, gobierne la lista más votada. Esa es la propuesta que hice y que en el debate no encontró ningún eco ni respuesta por parte del resto de actores políticos. Por eso creo que el próximo 10 de noviembre, por mucho que haya distintos partidos políticos, sólo hay dos opciones: quien quiera Gobierno, tiene al Partido Socialista. Y quien quiera bloqueo, tiene mucho donde elegir.
Que gobierne la lista más votada es algo parecido a lo que se aplica en Euskadi o Asturias. ¿Una vez conseguida esa investidura, cómo se garantizaría la gobernabilidad?
Tenemos muchísimos elementos para poder gobernar desde la izquierda. En políticas, por ejemplo, de derogación de la reforma laboral y aprobar un nuevo estatuto de los trabajadores; en políticas de igualdad de género para reforzar el pacto de Estado contra la violencia de género y modificar el Código Penal en relación con los abusos sexuales; en el ámbito de la reconstrucción del Estado de bienestar; en la transición ecológica… Hay muchos elementos en los que podemos coincidir con otras fuerzas políticas progresistas.
Es verdad que con las fuerzas políticas progresistas tenemos un elemento de discrepancia que tiene que ver con la convivencia en Cataluña, pero insisto: para esta cuestión es evidente que vamos a tener que hablar con muchas otras organizaciones políticas, no sólo con las fuerzas progresistas. Estamos hablando de una cuestión que afecta al Estado, a la integridad territorial del país, a la soberanía nacional, a la convivencia… eso trasciende lo ideológico, y sería bueno también que pudiéramos contar con la unidad del resto de fuerzas políticas. Hoy, desgraciadamente, no la tenemos, y espero que después de las elecciones podamos contar con ella.
CATALUÑA: “El PP pretende salvar a los catalanes, pero los catalanes no quieren ser salvados por el PP”
Usted ha insistido siempre en que su hoja de ruta en Cataluña pasa por la proporcionalidad, la firmeza y la unidad, pero esa unidad no ha sido posible durante estas últimas semanas. ¿Lo achaca a la campaña? ¿Cree que será posible después? ¿Le preocupa la falta de unidad para afrontar este desafío?
El PP tendrá que hacer un ejercicio de autocrítica y una reflexión, y lo hemos visto además en el debate [del lunes]: cuando uno hace un discurso tan agresivo y tan de confrontación, aparece la ultraderecha y te deja sin argumentos, porque tú le haces el trabajo, digamos, sucio.
En las elecciones del 28 de abril, el PP obtuvo solo uno de los 48 diputados que se elegían en Cataluña. ¿Qué quiere decir esto? Que el PP quiere o pretende salvar a los catalanes, pero los catalanes no quieren ser salvados por el PP.
Esto tiene que llevar también a una reflexión al PP: seguir abonando la confrontación territorial como un elemento de desgaste de la oposición al Gobierno es un error, porque no es creíble. Ellos han sido Gobierno hace muy pocos meses, y bajo su Gobierno se celebraron dos referéndums ilegales, se celebró una declaración unilateral de independencia, se fugó el señor Puigdemont de la justicia española… En definitiva, no es creíble lo que está haciendo y diciendo el PP. Resultaría creíble y defendible su posición si hiciera como hizo el PSOE: una oposición de Estado.
Es evidente que tenemos también una seria discrepancia con Unidas Podemos. El cabeza de lista de los comunes por Cataluña es una persona que antes de ser político era abogado, y que públicamente ha dicho que asesoró, conminó e incluso colaboró en la fuga de algunos líderes independentistas de la justicia española.
Es importante, en estos momentos tan complejos que se están viviendo en Cataluña, ser conscientes de que tenemos que defender la convivencia, y la convivencia la garantizan las instituciones catalanas enmarcadas dentro del Estatuto de Autonomía de Cataluña y la Constitución española. Ahí es donde nos van a encontrar siempre. Fuera de ello, al PSOE no lo van a encontrar.
Presidente, ha propuesto una asignatura sobre educación en valores civiles, constitucionales y éticos; la modificación de la Ley General Audiovisual, y la tipificación del delito de referéndum ilegal. ¿Cuál es el propósito de esta reforma?
Reducir los espacios de confrontación entre catalanes. Los referéndums ilegales han abonado y agudizado el conflicto entre catalanes. En segundo lugar, la educación: tenemos que construir concordia desde el sistema educativo. Y, en tercer lugar, en relación con el uso sectario que se está produciendo por parte del independentismo de los medios de comunicación públicos, es decir, de todos los catalanes, creo que tenemos que ponerle remedio.
La derecha propone poco menos que cerrar TV3. Yo creo que, con unas modificaciones en la Ley General Audiovisual, en cuanto al apoyo del Parlamento –en este caso– de Cataluña a la elección de los órganos de dirección, estamos garantizando la pluralidad en el Consejo de Administración y, en consecuencia, acabando con el uso sectario de TV3.
Y, finalmente, creo que es importante también recordar que uno de los elementos que planteamos y que ha planteado el PSC durante estos últimos meses es que tiene que hacer un espacio de diálogo en Cataluña. No tengo ningún problema en hablar con Torra dentro de la ley y cuando se haya condenado sin ambages la violencia, pero el señor Torra tiene también que hablar con la otra parte de los catalanes, que son mayoría cada vez que son convocados a las urnas, y que tienen unos representantes legítimos en el Parlamento de Cataluña que el señor Torra obvia.
El independentismo catalán tiene que reconocer a la otra parte de Cataluña, sentarse con ella y que Cataluña vuelva a hablar con Cataluña.
ECONOMÍA: “Es importante reforzar el Estado del bienestar. El crecimiento sirve en la medida en que se redistribuye”
Hay personas preocupadas por los síntomas de enfriamiento económico. Pienso especialmente en clases medias y trabajadoras, y en los y las pensionistas, preocupados quizá por el poder adquisitivo de su pensión y por cómo se va a mantener en el futuro. Si forma Gobierno tras las elecciones de este domingo, ¿cómo afrontará este enfriamiento económico?
Primero, reforzando el equipo económico. Vamos a elevar el área económica dentro del Gobierno de España creando una Vicepresidencia económica que llevará la actual ministra de Economía, Nadia Calviño. Creo que es una buena noticia tanto interna como externamente, porque goza de una buena reputación incuestionable en el ámbito económico.
En segundo lugar, es importante ser conscientes de que lo que pasa fuera de España nos afecta, porque somos una economía abierta. Lo que decida Trump sobre los aranceles –no solamente a la UE sino también a China– nos afecta.
Pero también hay que ser conscientes de que tenemos pilares sólidos: crecemos por encima de la media europea y el crecimiento no se basa en burbujas, a diferencia de lo que ocurrió en 2008, cuando había una burbuja inmobiliaria; estamos creando empleo, y de buena calidad cada vez en mayor proporción; hay un sector exterior bastante o muy competitivo, y los inversores están trayendo recursos económicos a España. Por tanto, no hay que caer en la complacencia ni tampoco en el catastrofismo.
A partir de ahí, ¿cuál es el compromiso del Gobierno de España? Que nosotros no vamos a recortar el Estado del bienestar. Que el crecimiento sirve en la medida en la que se redistribuye ese crecimiento. Por eso es importante reforzar el Estado del bienestar y volcar recursos económicos en la ciencia, la cultura, la reindustrialización, la transición ecológica –y que esa transición ecológica sea justa–, es importante apostar por la investigación y la educación, por infraestructuras que den cohesión territorial al país… En definitiva, crear nuevas condiciones para que ese crecimiento sea duradero y, además, más competitivo.
Hay trabajadores y trabajadoras que temen que la transición ecológica cueste puestos de trabajo. ¿Cómo puede cuidarse el planeta sin efectos negativos en la economía?
En estos 15 meses hemos hecho dos cosas inéditas en la lucha contra el cambio climático en España. Primero, hemos aprobado un Plan de Energía y Clima que fue aplaudido por la Unión Europea, que va a implicar una movilización de recursos públicos y privados de en torno a 240.000 millones de euros, y que va a crear de media en torno a 300.000 puestos de trabajo anuales vinculados con la economía verde.
En segundo lugar, hemos firmado acuerdos con las cuencas mineras y estamos en diálogo con las empresas y con las comarcas afectadas por potenciales cierres de centrales térmicas como consecuencia del cambio de paradigma en nuestro sistema energético. Estoy pensando en Palencia, en Teruel, en A Coruña, en Cádiz, en Almería…
Hay lugares donde necesitamos poner recursos económicos para varias cosas. Primero, para que el número de damnificados por este tránsito sea el menor posible y, en segundo lugar, para crear las condiciones necesarias para tener nuevas oportunidades y no sufrir una mayor despoblación. Ese es el compromiso del Gobierno de España.
Estamos hablando con gobiernos autonómicos, locales, diputaciones provinciales, y con la UE para que vuelquen recursos económicos en este tipo de transiciones ecológicas que tienen que ser justas, por ejemplo en Asturias.
Si lo abordamos de manera anticipada, podemos convertirlo en una enorme oportunidad de creación de empleo y de progreso para todos, sobre todo en espacios que sufren y que están en riesgo por la despoblación. Las energías limpias, como está ocurriendo en Aragón gracias a un Gobierno socialista, están implicando reinvertir miles de millones de euros, reasentar muchos puestos de trabajo, y crear oportunidades.
Precisamente en los últimos días hemos conocido que la Cumbre del Clima finalmente se va a celebrar en Madrid. Uno de los objetivos de su Gobierno fue recuperar el peso internacional de España. ¿Cuál es su balance?
La Cumbre del Clima tiene varios aspectos importantes que me gustaría compartir con la gente que esté viendo esta entrevista. Primero, el compromiso del Gobierno de España con el multilateralismo. Ayer [lunes] conocimos que la administración Trump sale de los acuerdos de París. Esto es una pésima noticia para todos aquellos que creemos en la necesidad de combatir de manera urgente un asunto tan importante como el cambio climático. Por tanto, compromiso del Gobierno de España y la sociedad española con la agenda multilateral de Nacionales Unidas.
Compromiso también en la adaptación y la mitigación al cambio climático, y compromiso con la sociedad iberoamericana y en este caso con la chilena, porque ellos mismos han sido los que dijeron que no podían celebrar esta cumbre en Chile como consecuencia de las dificultades sociales que están atravesando.
La Cumbre del Clima va a ser un ejercicio de celebración y de preparación muy intenso, porque implica movilizar a 25.000 personas que vienen de todo el mundo a España, pero creo que va a situar a España en el lugar que merece. Una sociedad progresista, inclusiva, integradora y comprometida con los grandes asuntos globales del planeta, como es el cambio climático.
IGUALDAD: “Igualdad seguirá en la Vicepresidencia, porque no es una política sectorial: afecta a todas las áreas”
Presidente, más de 50 mujeres han sido asesinadas en lo que va de año, y los asesinatos sólo son la punta del iceberg que sufrimos las mujeres. ¿Cuál es su compromiso en esta materia?
El pacto de Estado contra la violencia de género, modificar el Código Penal para que sólo sí sea sí, y acabar también con las discriminaciones que están sufriendo las mujeres en múltiples ámbitos. En España, las mujeres sufren la discriminación salarial, cobran menos que los hombres, y eso tiene como consecuencia que cuando llegan a la edad de jubilación cobran una jubilación inferior. Las mujeres tienen también menos oportunidades laborales que los hombres: su tasa de desempleo es más alta y de la ocupación, más baja.
¿Qué hemos propuesto o qué vamos a proponer durante estos cuatro años? Volcaremos más recursos económicos, el pacto de Estado contra la violencia de género, y creo que es importante también mantener el área de Igualdad en el ámbito de la Vicepresidencia del Gobierno, porque la Igualdad es un asunto que nos afecta a todos, y a todas las áreas de Gobierno, no es una política sectorial.
Proponemos también una modificación del Código Penal, como antes le comentaba; tenemos que aprobar una Ley de Igualdad Laboral entre hombres y mujeres, y, finalmente, nuestro compromiso en el año 2021 es que los permisos de paternidad y maternidad se equiparen a 16 semanas, y en 2024, cuando acabe la legislatura, tenemos que llegar a 18 semanas. Este es el compromiso del Gobierno del PSOE.
MEMORIA DEMOCRÁTICA: “Es importante ilegalizar la Fundación Franco porque hay que desmantelar las estructuras que siembran odio”
Hay una imagen de carácter histórico por la que querría preguntarle: la salida de los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos. ¿Qué sintió cuando finalmente pudo producirse la salida de esos restos? Y, en segundo lugar, usted ha anunciado una serie de compromisos en materia de memoria democrática que pasan por la exhumación de los restos de las víctimas, la tipificación del delito de apología del franquismo y por los cambios legales necesarios para disolver la Fundación Francisco Franco. A España le queda todavía bastante por hacer en este terreno…
Le queda mucho por hacer. Empezamos a saldar una deuda con las víctimas del franquismo. No la hemos saldado del todo, pero creo que se ha dado un paso de gigante con la exhumación de los restos del dictador y con el fin del mausoleo al dictador.
Ha sido un ejercicio auténtico de nuestro sistema democrático, porque al final se vieron involucrados de una u otra manera los tres poderes del Estado. El Poder Legislativo, que fue quien conminó al Poder Ejecutivo a mandatarlo para la exhumación de los restos del dictador; el Poder Ejecutivo, que obedece en su ejecución al mandato del legislativo, y también el Poder Judicial, que como consecuencia de la judicialización a la que llevó este procedimiento administrativo la familia del dictador, se tuvo que posicionar y se posicionó de manera unánime a favor de las tesis del Gobierno y el Parlamento. Con lo cual, desde ese punto de vista, más allá de lo ideológico, tenemos que sentirnos muy orgullosos de que la propia democracia española haya sido capaz de encontrar la fórmula de resolver una gran contradicción, como es el que tenemos una de las mejores democracias del mundo pero tenemos un mausoleo dedicado al dictador.
En segundo lugar, la España democrática es fruto del perdón, pero no puede ser producto del olvido, y por tanto hay mucha tarea por delante. Este año, en 2019, no sólo se está celebrando el 140 aniversario del PSOE, se está celebrando también el 80 aniversario del exilio republicano como consecuencia de la Guerra Civil, y yo estoy convencido de que hay muchísimos españoles, familiares de exiliados, que nos están viendo desde México o desde otras partes de Latinoamérica y que se sintieron profundamente orgulloso de la democracia española al ver las imágenes que vimos el pasado 24 de octubre.
Pero hay muchas cosas que hacer: hay que hacerlo en materia de reparación, justicia y memoria con las víctimas del franquismo, y ahí están las exhumaciones, que tienen que ser cubiertas con fondos públicos; y, en segundo lugar, creo que también es importante desmantelar todas aquellas estructuras que defienden o contribuyen a sembrar el odio en nuestro país. Por eso es importante ilegalizar la fundación Francisco Franco, todas aquellas fundaciones que defienden al régimen dictatorial, o efectivamente tipificar en el Código Penal este tipo de delitos que, al final, lo que alientan es el totalitarismo.
Creo que tenemos que hacerlo porque, cada vez más, en Europa vuelve a respirarse ese ambiente tóxico del odio al diferente, del odio al extranjero, de tratar de manipular las sociedades en torno a enemigos ficticios para tratar de responder de manera equivocada a desafíos que tenemos y que son reales, como es la desigualdad, la precariedad o la falta de oportunidades.
Así que, de las cosas que más pena me dan y que más envidio del sistema político de otras democracias, como es la alemana o la de Francia, es que partidos políticos de derechas o que se dicen centristas son conscientes de que el adversario no es el Partido Socialista, sino la ultraderecha; son conscientes de que la manera de vencer a la ultraderecha es aislarla y condenar el franquismo, en nuestro caso, o condenar su machismo, o condenar su homofobia, o condenar su xenofobia.
Sobre este tipo de cuestiones tenemos que alertar a la ciudadanía vote a quien vote, no solamente [si vota] a la izquierda, sino también a la derecha, porque hay líderes políticos que tienen que ser conscientes de que los partidos políticos no son solo máquinas de representación, sino también cauces de participación y de trasmisión de ideas y valores, y ahora mismo lo que estamos viendo por parte del PP y Ciudadanos es un blanqueamiento y una banalización de todos los postulados que defiende la ultraderecha en nuestro país, y eso, para nosotros, es de todo punto de vista inaceptable
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