Notícies del feix-buc, de part de Carmen Sánchez Carazo. Aquest article es publicat al periòdic digital "El Plural" per Enric Sopena, del que es director.
Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, presidenta del Gobierno de la Comunidad de Madrid, condesa consorte de Murillo, casada con Fernando Ramírez de Haro y Valdés y Grande de España, sobrina del actual conde de Sepúlveda –que es una hermosa localidad segoviana, donde el pasado jueves la lideresa cañí pronunció el pregón de sus fiestas- ha roto su mutismo estival y ha vuelto al ruedo de la polémica con su acostumbrado brío.
A lo largo del mes de agosto, el escenario de los desvaríos, calumnias y otras lindezas contra el Gobierno y sus secuaces, o incluso sicarios, lo ocupó sobre todo María Dolores de Cospedal, subsecretaria del Ministerio del Interior cuando fue ministro el inolvidable Ángel Acebes, aquel señor que intentó por todos los medios convencer a la ciudadanía de que los asesinos del 11 de marzo de 2004 eran los terroristas de ETA. Su tendencia a inventarse conspiraciones es legendaria.
Fantasías conspirativas
Fantasías conspirativas
En Acebes -mientras continuó en el machito- tuvo Pedro J. Ramírez un firme respaldo para sus fantasías conspirativas. También Cospedal formó parte como consejera del Gobierno Aguirre. En la actualidad es secretaria general del PP que preside Mariano Rajoy Brey. El jefe de la derecha –que ha descubierto la Inquisición a sus cincuenta años largos y todavía no la ubica adecuadamente- ha sido otro protagonista del verano. Sus excelsas virtudes como fakir de feria le han permitido arropar con cierta solemnidad a Cospedal en su revelación de que el Gobierno apenas si hace otra cosa que espiar telefónicamente al personal para, horas más tarde, llamarse andana cuando le preguntan por las escuchas ilegales.
En la pelea
Aguirre parece con ganas de continuar en la pelea y no dejarle campo libre a Rajoy y su corte. Desbordó a Cospedal en su referencia a que José Luis Rodríguez Zapatero está más por la labor de perseguir populares que etarras. Tras manifestar que los militantes del PP balear fueron “esposados por la mano derecha, cosa que yo no he visto hacer jamás ni a los terroristas más peligrosos”, añadió que, por supuesto, no fue el caso de “De Juana Chaos, que estaba magníficamente tratado en la cárcel, como todo el mundo sabe, y teniendo vis a vis con su novia”.
Aristócrata populista¡Qué bien maneja a la derechona de toda la vida esta radical conservadora, esta neocon de profunda nostalgia thatcheriana, esta aristócrata populista! Les ha devuelto a De Juana Chaos. En el imaginario colectivo del PP y sus alrededores, De Juana Chaos es el icono maldito. ¡Oh, qué días aquellos, cuando se supo que el matarife y su novia se duchaban juntos, los muy guarroslujuriosos, mientras Zapatero y Rubalcaba no sólo pasaban olímpicamente de semejante escarnio, sino que eran ellos los responsables de tamaña vejación a la dignidad nacional! Alegaban que estaba muy enfermo, pero en cambio, y por arte moncloita, podía sin problemas vulnerar el sexto mandamiento de la ley de Dios. Ya apenas nadie hablaba de De Juana Chaos cuando Aguirre lo ha traído de nuevo a colación.
Desde hace casi veinte años
Habrá además que preguntarle a la presidenta de Madrid qué opina del tránsfuga de Benidorm que puede quebrar la correlación de fuerzas en un municipio gobernado por el PP desde hace casi veinte años. Aguirre es una experta en tránsfugas. Gracias a dos de ellos alcanzó la cima. El primer paso para subir a su cima –llegó a ser presidente de la Generalitat valenciana y luego ministro de Trabajo con José María Aznar- lo dio Eduardo Zaplana en 1991. Maruja Sánchez, edil socialista cambió de bando –convenientemente untada- y, así comenzó el gran vuelco de la política en el País Valencià. En pocos años pasó de ser uno de los más abundantes graneros de la izquierda para transformarse en un bastión de la carcunda.
Confortable sinecura
En la pelea
Aguirre parece con ganas de continuar en la pelea y no dejarle campo libre a Rajoy y su corte. Desbordó a Cospedal en su referencia a que José Luis Rodríguez Zapatero está más por la labor de perseguir populares que etarras. Tras manifestar que los militantes del PP balear fueron “esposados por la mano derecha, cosa que yo no he visto hacer jamás ni a los terroristas más peligrosos”, añadió que, por supuesto, no fue el caso de “De Juana Chaos, que estaba magníficamente tratado en la cárcel, como todo el mundo sabe, y teniendo vis a vis con su novia”.
Aristócrata populista¡Qué bien maneja a la derechona de toda la vida esta radical conservadora, esta neocon de profunda nostalgia thatcheriana, esta aristócrata populista! Les ha devuelto a De Juana Chaos. En el imaginario colectivo del PP y sus alrededores, De Juana Chaos es el icono maldito. ¡Oh, qué días aquellos, cuando se supo que el matarife y su novia se duchaban juntos, los muy guarroslujuriosos, mientras Zapatero y Rubalcaba no sólo pasaban olímpicamente de semejante escarnio, sino que eran ellos los responsables de tamaña vejación a la dignidad nacional! Alegaban que estaba muy enfermo, pero en cambio, y por arte moncloita, podía sin problemas vulnerar el sexto mandamiento de la ley de Dios. Ya apenas nadie hablaba de De Juana Chaos cuando Aguirre lo ha traído de nuevo a colación.
Desde hace casi veinte años
Habrá además que preguntarle a la presidenta de Madrid qué opina del tránsfuga de Benidorm que puede quebrar la correlación de fuerzas en un municipio gobernado por el PP desde hace casi veinte años. Aguirre es una experta en tránsfugas. Gracias a dos de ellos alcanzó la cima. El primer paso para subir a su cima –llegó a ser presidente de la Generalitat valenciana y luego ministro de Trabajo con José María Aznar- lo dio Eduardo Zaplana en 1991. Maruja Sánchez, edil socialista cambió de bando –convenientemente untada- y, así comenzó el gran vuelco de la política en el País Valencià. En pocos años pasó de ser uno de los más abundantes graneros de la izquierda para transformarse en un bastión de la carcunda.
Confortable sinecura
A Maruja Sánchez, el PP valenciano le proporcionó una confortable sinecura. La hicieron funcionaria por la gracia de Dios y ahí sigue, chupando del bote. El tránsfuga José Bañuls –concejal no adscrito tras haberse dado de baja del grupo popular- ha intentado con perseverancia denunciar el enchufe sempiterno de Sánchez. No lo ha conseguido. La derecha no está dispuesta a ello. Tampoco está dispuesta, claro, a que el alcalde, Pérez Fenoll, pierda su sillón y comience quizás el cambio de clima. Para predicar con el ejemplo, en estos últimos tiempos ha habido cuatro asaltos del PP -todos mediante tránsfugas- a otros municipios de la zona: Denia, Calpe, Villajoyosa y la Vall de Laguar.
La condesa consorte
La condesa consorte
La fértil imaginación de la condesa consorte de Murillo debería contribuir a que Benidorm no caiga en las manos de los amigos de los terroristas. ¿Cómo hacerlo? Como sea preciso. Esta pregunta en boca de Aguirre sería decisiva: ¿Quieren los ciudadanos de Benidorm que su ciudad pueda convertirse en una ducha permanente bajo la cual harían el vis a vis cadas día De Juana Chaos y su novia? Con mayoría popular en el Ayuntamiento, eso sería imposible. Con mayoría socialista, no habría problemas para los dos fornicadores. Y, como propina, todos los teléfonos de los paisanos de Benidorm, pinchados. ¿De acuerdo, doña Espe?
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