Crise systémique globale – 2020 : début de la phase de stabilisation
Global systemic crisis – 2020: The beginning of the stabilisation phase
Crisi sistemica globale – 2020: avvio della fase di stabilizzazione
Globale systemische Krise – 2020: Beginn der Stabilisierungsphase
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El título es provocativo en un mundo mediático centrado, con razón, en la catástrofe ecológica, las revueltas populares, los riesgos de guerra y la crisis financiera de 2020. Pero nuestro trabajo no es repetir lo que todo el mundo sabe, que el mundo caótico de principios del siglo XXI es un lugar peligroso… ¿no ha sido siempre el mundo un lugar peligroso después de todo?
Desde 2006, el GEAB analiza desde una perspectiva «sistémica» el despliegue de la «crisis global (o transición)», lo que le lleva a identificar los puntos en común entre la miríada de acontecimientos aparentemente desconectados que afectan a este período de la historia[1] e identificar las fases de un proceso que es mucho más coherente de lo que parece.
Este rigor de observación sólo es posible porque nos obligamos a «anticipar» los próximos pasos, un ejercicio que nos lleva a comprobar constantemente el valor de nuestras hipótesis porque «el futuro nos recuerda», a diferencia del pasado, sobre el que podemos decir lo que queremos. Por lo tanto, nuestro método implica tomar riesgos. Pero lejos de imponer nuestros puntos de vista, traemos a nuestro pensamiento la inteligencia crítica de cada uno de nuestros lectores.
Con estas precauciones habituales, argumentaremos la hipótesis de que la cumbre de la crisis ha quedado atrás y que el año 2020 enviará los primeros signos visibles de estabilización ligados a la implantación de un nuevo sistema, superando al antiguo.
Teoría del caos
En un sistema caótico, el aleteo de una mariposa en Brasil puede jugar un papel en la aparición de un tornado en Texas debido a una multitud de factores y sus combinaciones[2]. El resultado es un sistema aparentemente impredecible al que los agentes, incapaces de anticiparse, reaccionan de alguna manera, contribuyendo a agravar las oscilaciones de todo el sistema.
Gráfico 1- «Sensibilidad a las condiciones iniciales» significa que las leyes no pueden predecir porque un cambio muy pequeño en los valores iniciales conduce a un futuro muy diferente – Fuente: Materia y revolución, 2010
Desde finales de los años 90, bajo la influencia de la globalización (levantamiento de las fronteras) e Internet (conexión de partes del sistema entre sí), el mundo se volvió caótico: las bárbaras operaciones de la CIA en Afganistán se están convirtiendo en una ola populista en Europa a través de la radicalización del Islam, la quiebra de un banco estadounidense en 2008 está provocando una crisis política en Grecia a través del impacto en la moneda europea, la creación de Facebook está creando un enorme sistema de desinformación que contribuye al extremismo de grupos de población, el vertido de plásticos en los ríos asiáticos está provocando enormes manifestaciones en Europa, etc.
En 10 años, los inmensos choques así generados han roto la superestructura anterior (supranacional e internacional), llevando a los componentes unitarios (ciudades, regiones, estados) a intentar reconstruir los diques que los protegían antes de la etapa de la globalización (proteccionismo, nacionalismo).
Pero en 2019, como anticipamos en nuestra edición de enero, las soluciones nacionalistas llegaron a sus límites, sin que ningún país considerara deseable/posible retirarse demasiado en sí mismo (el Brasil de Bolsonaro no es inmune al escrutinio internacional de la Amazonia o a la necesidad de financiación china, el Reino Unido de Johnson tiene todas las dificultades del mundo para salir de la UE, etc.). Ha llegado, pues, el momento de una fusión entre la inevitable apertura al mundo y la protección de las unidades básicas que son entidades nacionales, una fusión que habíamos titulado «proteccionismo procomercio» en marzo de 2018[3], pero que, más que un modelo económico, constituirá, en nuestra opinión, un modelo para una sociedad global en 2020.
Inteligencia artificial
Como veremos más adelante en el artículo sobre el sistema monetario internacional emergente, es la tecnología la que nos ha llevado a la fase caótica de la transición, pero, por supuesto, traerá consigo un nuevo sistema sostenible en la nueva década, empezando por el decisivo año 2020.
Para 2020, 5G ya está aquí[4], gracias a lo cual la inteligencia artificial se despliega a lo largo de todas nuestras conexiones virtuales a través del advenimiento de la gran era de los datos[5]. Volviendo a la teoría del caos, muestra que en un sistema complejo, las diferencias mínimas en las condiciones de partida conducen a resultados completamente diferentes, lo que resulta en esta aparente imprevisibilidad. Los grandes datos conectados por 5G ofrecerán la herramienta para una observación mucho más fina de la realidad que nos permitirá recuperar la previsibilidad.
Gráfico 2 – Despliegue de 5G por país, número de sitios por cada 10.000 habitantes. Fuente: Deloitte.
Por ejemplo, la agroindustria está construyendo actualmente una cultura de datos que le permitirá integrar las características climáticas en la planificación de las opciones y calendarios de semillas y cultivos, dotándose así de herramientas para adaptarse al clima alterado. Adaptación de la agricultura a las nuevas condiciones climáticas, lo que también se traducirá en un menor consumo de energía y recursos, reduciendo así su impacto ambiental[6]. Lo mismo se aplicará a todos los sectores industriales. Esto permitirá responder a las emergencias y a las necesidades climáticas y así calmar la ira de la gente… Estabilización[7]