pétrole, monnaies, finance, sociétés, Moyen-Orient : Très Grande Tempête dans le Port de l’Occident !
Erdöl, Währungen, Finanzmärkte, Soziales, Mittlerer Osten: Schwerste Stürme ziehen über die westlichen Staaten dahin
Petróleo, moedas, finanças, sociedades, Médio-Oriente: A Grande Tempestade no Porto do Ocidente!
petrol, valute, finante, societati, Orient Mijlociu… O mare furtuna se abate asupra portului Occidental !
Нефть, валюты, финансы, общества, Ближний Восток: Очень Большая Буря у дверей Запада!
il petrolio, le valute, le finanze, le corporazioni, il Medio Oriente: Una grande tempesta si sta abbattendo sul porto occidentale!
Durante casi dos años, aplicando las distintas perspectivas (especulativas, geopolíticas, tecnológicas, económicas, estratégicas, monetarias …) que integran el método de la Anticipación Política, hemos anticipado la grave crisis que afecta a toda la industria del petróleo. Hoy en día, nadie duda de que la crisis ya ha llegado y por lo tanto GEAB debe ahora anticipar las consecuencias de esta verdadera bomba atómica que comienza a tambalear todos los pilares del antiguo sistema tal y como lo hemos conocido: la moneda internacional, los mercados, los EE.UU., la alianza occidental, la gobernanza global, la Democracia, etc….
“Crisis sistémica global: el final de Occidente tal y como lo hemos conocido desde 1945”
Ahora nos gustaría mirar hacia atrás para revisar una anticipación histórica del GEAB, la que hizo Franck Biancheri en febrero de 2006, que anunció el inicio de una crisis sistémica global bajo el título “el fin de Occidente como lo hemos conocido desde 1945” (1).
El mundo occidental ha tardado nueve años hasta llegar al colapso (o siete años, si consideramos que el proceso empezó en la crisis de las subprime en 2008, como sería en este caso) … Durante estos nueve años, el GEAB ha realizado una pedagogía de la crisis con el propósito declarado de elaborar y recoger propuestas para salir de ella de la manera más rápida y menos dolorosa posible. Aparentemente, aparte del trabajo realizado por los BRICS que, como también anticipo el GEAB, han realizado la enorme tarea de sentar las bases del mundo de mañana, el mundo occidental, por su parte, ha hecho algunos intentos aquí y allí. Pero al final de 2014, y después de la enorme desestabilización provocada por la confrontación de las relaciones euro-rusas en la crisis de Ucrania, nuestro equipo tiene grandes dificultades para proyectar un escenario positivo para el próximo año.
En el 2015 se dará el colapso completo del mundo occidental como lo hemos conocido desde 1945. Será un enorme huracán que agitará y hará temblar el planeta entero, pero esta vez los puntos de ruptura se encuentran en el “puerto de Occidente”, que no será un puerto durante mucho tiempo, sino que será claramente en 2015 el ojo mismo del huracán, como hemos repetido desde 2006. Mientras que algunos barcos estaban intentando salir a alta mar, la crisis de Ucrania ha tenido como efecto el que algunos barcos hayan vuelto atrás y sean amarrados firmemente al puerto. Por desgracia, ahora es el propio puerto el que sacude a los barcos y serán aquellos que tengan el amarre más fuerte los que se romperán primero. Por supuesto estamos pensando en Europa en primer lugar, pero aún más en Israel, en los mercados financieros y en la gobernanza mundial.
La paz está en juego, una paz que hoy en día no es más que una palabra vana. Pregúntenle a China, India, Brasil, Irán, etc., si Occidente transmite hoy una imagen de paz. En cuanto a los valores democráticos, lo que enseñamos al mundo es más un papel mojado que un modelo a seguir… hasta el punto de que el principio universal de la democracia es relegado a la categorías de conceptos culturalmente relativizables que se ponen al servicio de agendas anti-democráticas de cualquier calaña, tanto dentro como fuera de Europa. Sin embargo, el principio democrático no es el problema (muy a contrario necesita reinventar su aplicación en colaboración con las nuevas potencias emergentes), sino la incapacidad de Occidente de haber sido capaz de adaptar su aplicación a las nuevas características de la sociedad (aparición de entidades políticas supranacionales, internet que transforma la estructura social…).
La crisis del petróleo es sistémica porque está relacionada con el fin de la era del todo-es-petróleo
Volvamos también por un momento sobre las principales características de la crisis sistémica del petróleo tal y como hemos analizado. De manera muy resumida y para poner de relieve la naturaleza sistémica de la crisis, que nos permitirá plantear mejor las anticipaciones, es el sistema de gobernanza mundial del mercado del petróleo, la OPEP, el que está muy dañada. Los Estados Unidos, que fue el “jefe” hasta 2005 (2), han visto llegar a los países emergentes cuyos niveles de consumo los convierten inevitablemente en co-jefes.
Consumo de petróleo: en rojo, por los Estados Unidos, la Europa Occidental y Japón; en azul, por el resto del mundo. Fuente: Yardeni / Oil market intelligence.
Habría bastado gestionar esta crisis mediante una reforma del sistema anterior de gobernanza que incluyera a todos dentro del mismo club. Por el contrario, asustados ante la idea de un aumento en los precios del petróleo del que la economía estadounidense depende totalmente (a diferencia de Europa) y careciendo de cualquier inversión coordinada y significativa en energías renovables, los Estados Unidos decidió romper cualquier lógica de coordinación mundial mediante la creación de un mercado en competencia, el mercado del petróleo de esquisto a precios más bajos. Por desgracia, sabemos a lo que generalmente conduce la competencia en el acceso a los recursos energéticos … al menos Europa se supone que lo sabe bien (3).
Producción del petróleo de esquisto en los Estados Unidos – Fuente: HPDI, LLC
Esta gran ruptura de la tendencia se combina otra tendencia principal, poco comentada por los medios de comunicación, la del fin del petróleo como fuente de energía primaria en la economía mundial. Y es este segundo factor el que hace la situación totalmente incontrolable en estos momentos. Los precios bajan porque la era del petróleo ha terminado y nadie puede hacer nada. Nosotros lo habíamos anticipado hace varios meses (4) : China se está preparando para una flota de vehículos totalmente eléctricos, y al hacerlo, aumentará la flota mundial de automóviles completamente eléctricos (5): una vez que la tecnología esté lista y su producción masiva sea una realidad, todo el mundo se pasará al coche eléctrico. Anticipamos que esta transformación se producirá en menos de diez años y que en cinco años el punto de inflexión en el consumo se alcanzará. Ahora ha pasado un año después de esta anticipación. Cuatro años es el horizonte que empiezan a vislumbrar los especuladores de todo tipo (6).
En realidad, el “pico” del petróleo es lo que LEAP llama una “anticipación de éxito”: el planteamiento de esta perspectiva ha permitido “evitar” el problema. El temor a una escasez y un estallido de los precios, la buenas y malas estrategias de resolución del problema (renovables y petróleo de esquisto), todo ello combinado con una enorme crisis económica y una agenda ecológica que volverá a retomarse de manera activa desde este año (7), y podemos decir que el mundo está “listo” para cerrar la era del petróleo … a no ser que los actores estrechamente relacionados con esta materia prima quieran hacerse oír violentamente antes de desaparecer.
No queremos sin embargo confundir a nuestros lectores: el petróleo se utilizará durante mucho tiempo para hacer funcionar los motores y fábricas del mundo (incluso tiene muchos años por delante ya que el riesgo de escasez se ha retrasado varias décadas), pero la “era” del petróleo soberano ha terminado y esto es por supuesto supone un cambio sistémico.
En la sección Telescopio, desarrollamos las consecuencias de la crisis sistémica del petróleo en particular en los mercados financieros. Los mercados financieros que han “resistido” bien durante seis largos años de crisis, asfixiando entre sus brazos a la economía real y probando que ellos son el origen del problema, no van a sobrevivir tal cual al impacto que van a sufrir de un lado la industria del petróleo (un sector clave) y de otro lado el dólar (principal herramienta del mundo financiero). Como si esto no fuera suficiente, otras bombas están también a punto de explotar.
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(2) De hecho, el comienzo de la subida de los precios del petróleo comienza en 2003, y es en 2006 cuando empiezan a dispararse. Pero 2005 es una fecha que se repite desde que analizamos el aumento de los precios en términos de consumo en los países emergentes en lugar de los vaivenes de la geopolítica de Oriente Medio.
(3) Las dos guerras mundiales de principios del siglo XX están intrínsecamente ligadas a la competencia por el acceso a los recursos energéticos (fuente:Cambridge Journals, 09/1968). Las Comunidades Europeas al final de la Segunda Guerra Mundial nacieron de la puesta en común de los recursos con la creación de la CECA (fuente: Wikipedia), un proyecto que debería haber permanecido como uno de los hilos conductores de la construcción europea. La crisis de Ucrania hoy muestra el vacío que existe en Europa en materia de política energética común. Y algunos piensan ¡que sufrimos un exceso de Europa! La construcción europea ha dejado realmente de existir en 1989 … ocupado de regular el tamaño de los pepinos y de liberalizar el resto: “La Europa del pepino” …
(4) En nuestra recomendación del mes de Enero pasado (GEAB N°81) bajo el título “La China se pasa al eléctrico”. Fuente: LEAP/E2020, 15/01/2014
(6) Para aquellos que dudan de la realidad de esta evolución, recientemente Alemania ha decidido (parece increíble porque es completamente contra-intuitiva con la actual caída de los precios del petróleo) apostar todo por las energías renovables y deshacerse del paquete petróleo-gas-carbón-nuclear. Fuente:Deutsche Welle, 12/01/2014
(7) Hemos observado el mes pasado unos resultados muy concretos en términos de promesas de reducción de emisiones de CO2, incluso por parte de los Estados Unidos, bajo el liderazgo de los chinos. Y a pesar de la Cumbre de Lima no parece producir muchos resultados, se debe principalmente a que los países pobres fingen creer que los dólares de Occidente financiarán su transición energética. Pero en el fondo, la agenda medioambiental está muy activa en estos momentos, sobre todo porque coincide por primera vez con los objetivos estratégicos de la primera (o segunda) potencia mundial, China.