Dicen que Mariano Rajoy ya no se atreve a mirar el periódico: cada día, la portada trae a algún conocido implicado en la trama de corrupción de Madrid: ayer López Viejo, hoy Francisco Camps... Mañana será su segunda en el Congreso, Sáenz de Santamaría, o
una secretaria que tuvo cuando estaba en Galicia, o el matrimonio que le tocó en la misma mesa el día de la boda de Agag y Anita Aznar. Al borde de la desintegración, el Partido Popular busca desesperadamente adelantarse a la Fiscalía Anticorrupción, en un intento de amputar el miembro afectado antes de que la gangrena se coma el partido. Es una imagen desagradable, lo sabemos; ¡pero en política no todo son señoritas en top-less liderando la revolución francesa, amigos!
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